sábado, 12 de octubre de 2019

La Madre Naturaleza

Un grupo de indígenas paseaban por las faldas del majestuoso Chimborazo y de repente se encontraron con una señora muy bonita quien les invitó a tomar una taza de té que ella mismo había preparado. Mientras tomaban el té uno de los indígenas se dio cuenta que la señora derramaba algunas lágrimas.

   - ¿Qué le pasa señora?
   - Estoy muy triste porque mis hijos están enfermos.
   - ¿Qué les pasó?
   - Los humanos ya no me quieren y están destruyendo a mis hijos.
   - ¿Por qué dices eso?
   - Les voy a contar una historia.

La señora dejó su taza sobre la mesa y les contó la historia de la creación del mundo, dijo que Dios había sido tan generoso al regalarles a los humanos el agua, el sol, el aire, el suelo, los animales y las plantas, la señora puso una cara sonriente cuando les dijo que Dios le había encargado todo eso a ella y por eso su nombre era Madre Naturaleza, los indígenas no podían creer lo que estaban escuchando, se sintieron muy felices de estar con ella.
Mientras avanzaba la historia ella se ponía cada vez más triste porque los humanos estaban contaminando y destruyendo toda esa hermosa creación, en ese momento uno de los indígenas le dijo:

    - Señora, pero ¿por qué lloras? El suelo, el agua, el aire, el sol ellos no sienten, son como las piedras, inertes en cambio las plantas y los animales ellos si sufren.

La madre naturaleza lo miro con tristeza y le dijo:
    - Mira hijo los objetos, las piedras, paredes, etc. A eso lo llamo inerte porque es verdad, no sienten pero al sol, al agua, al suelo y al aire a ellos los llamo elementos abióticos porque tampoco sienten pero ayudan a vivir a las plantas, animales y ustedes los humanos.

El indígena se quedó pensando en todas estas palabras y dijo:

    - No lo había pensado ¡es verdad! sin aire no podríamos respirar, sin agua nos moriríamos de sed, sin el suelo no podríamos cultivar y tampoco construir nuestras viviendas, y sin luz viviríamos solo en tinieblas, muertos de frío.

La madre naturaleza se alegró al escuchar estas palabras y le dijo:

- Eso es hijo mío, ahora sabes por qué sufro. Cada vez hay más basura, más humo, talan los árboles y matan animales. Ese dolor me está matando poco a poco.

Terminaron de conversar y se dieron cuenta que la noche había llegado.
Antes de que se marcharan a su casa la madre naturaleza les pidió que enseñaran a todos los humanos lo valioso que son los elementos abióticos y los seres vivos.

Autora: Daniela Samaniego G.